sábado, 30 de enero de 2010

PERSONAJES


“EL FLAUTA”


Su rostro pálido, exageradamente blancuzco, resulta un espejo semisiniestro de nuestras ocultas identidades. Hace muecas, sonríe como invitando al diálogo y desplanta endureciendo el gesto. Sus ojos, plagados de atemporal melancolía, examinan la avenida y parecen indagar cruelmente la profundidad de nuestras almas. Una lágrima amenaza surcar sus mejillas desde siglos, pero no, prefiere contenerse en el oscuro interior de sus retinas.
Cambia fácilmente de expresión, intenta ademanes y se sumerge locamente en el océano pobre de sus disonantes melodías.
¿Qué extraño mandato ha venido a cumplir en el corazón de una ciudad desangrada?
Juega con su mirada, en la que a veces uno se siente cautivo y a la vez perdido como en una meseta de silencios... Eso es “El Flauta”, entre otras cosas, una ausencia de palabras, una carencia absoluta de frases, un mutismo pretendido e incisivamente irritativo y provocador.
¿Cuándo llegó por primera vez y desde dónde? Historias y leyendas edificadas en trasnochadas mesas de La Paz, La Academia o La Giralda, vacías de veracidad y pobladas de misterio y fantasía, envuelven su presencia y cubren el abismo de su retirada.
Tal vez “El Flauta” nunca haya existido. Quizá sea la sintetizada materialización de las criaturas que habitan nuestro lado oscuro y allí permanezca para “guiarnos a la razón”.
REMO

No hay comentarios:

Publicar un comentario