sábado, 31 de diciembre de 2011

POR NÉSTOR, una plegaria al general




Mire General. Vienen de todos lados. Traen una flor, una bandera, miles de consignas. Vienen cantando la marchita. Saltando, con los dedos en V. Mire que es fuerte la negrada eh. Lloran y se curan. Se embriagan en su propio llanto y le dan para adelante.
Llegan de los lugares donde la patria suspira milongas y vidalas. Vienen desde muy lejos en el tiempo. Desde aquella plaza del 17. Han caminado décadas para llegar y aquí están. Con sus overoles engrasados. Con sus manos ásperas de trabajo. Con la piel surcada de tantas luchas.
Vienen atravesando la historia. Sembrando el camino de utopías para que florezca la patria emancipada.
¿Cuántas veces hay qué morir General…cuántas más para dejar de nacer en este universo de contradicciones?
Usted sabe de esto. Claro que sabe. Nosotros estamos aprendiendo. A los golpes. A empellones del destino.
Mire General, ahí viene cantando la jotapé. Son los hijos de la juventud maravillosa. Deliran, son una tempestad que vocifera la melodía más hermosa que los pueblos pueden concebir. Nosotros, ya cincuentones, seguimos siendo parte de esa leyenda. Porque la jotapé es más que un documento de identidad. Es una marca de fuego, un estigma. Se lleva de por vida. Usted sabe…ya nos conoce…
Pero volvamos a lo nuestro General. Mire como se entregan sin condicionamientos en la noche ventosa. En un mediodía de lluvia que es la metáfora de la tristeza. Vienen a decirle presente al jefe. A despedirlo como se merece.
Ya me imagino en el cielo a los muchachos como habrán de recibirlo. Manzi con un poema. Vallese con un abrazo fraterno. El negrito Sabino, Pasaponti…la compañera Evita…
Pero…dígame General…con todo respeto… ¿No habrá boqueado usted sobre sus virtudes, y tentó al pibe de Nazareth para que se lo lleve sin vueltas?
A propósito, todos sabemos que usted lo hizo peronista. Por eso le pido este favor. Dele General, si usted quiere puede convencerlo. Él sabe como regresarlo a la vida. ¿Que es para él un Lázaro más? Le bastaría con pedírselo suavemente. Con rozarle los ojos con su mirada.
Háganos la gauchada. Y le prometemos dejarlo tranquilo…Aunque sea por un tiempo.


La tristeza me dictó esto que fue escrito entre lágrimas la medianoche del jueves 28 de octubre y depositado a la mañana siguiente sobre un mar de flores en la explanada de Casa de Gobierno. Como quien arroja al océano una botella con un mensaje.
Pero como diría Marechal:
“Muchacho, el pueblo
recoge todas las botellas que se tiran al agua
con mensajes de naufragio.

El pueblo es una gran memoria colectiva
que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido.

Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria.”


Omar DIANESE

1 comentario:

  1. ¡muy buena nota!, te felicito!!...
    abrazos!! y feliz año 2012!!

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