lunes, 3 de diciembre de 2012

DIOS ES GARDEL !!






En Buenos Aires suele caminar los barrios. El hallazgo de su presencia es invisible a los ojos humanos, pero Él anda entre nosotros. Habita la ciudad entera. Conoce cada baldosa, cada esquina. Se entrevera en las callejas sureras. Es de mezclarse con los pibes volanteando el destino de una pelota de gol. Sabe de los domingos en la costanera como cualquiera de nosotros. De las corridas después de un clásico y los poemas susurrados en madrugadas encendidas de jazmines. Puede contar como nacido en San Telmo un atardecer de otoño a través de las ventanas de El Británico. Conoce a la perfección el apuro de la corrida en un andén de Constitución y el desembarco mecanizado de cada mañana en el subte. Muchísimas veces, ignorando su identidad, han intentado hacerle el cuento del tío. En especial algunos que lucen crucifijos y jinetas. Conoce al hombre de San Juan y Boedo desplumado en la timba de la vida. Nos tiene manyados. Sonríe y se toma la cabeza. Aprende todos y cada uno de los dialectos de la porteñidad y eso le divierte. Sabe de corridas escapando de gases lacrimógenos y de noches enteras en calabozos pintados de humedad. En invierno se ha descalzado junto a los chicos de la Villa 31 y en los veranos más tremendos regó su cuerpo de sudor propio y ajeno. A veces ríe pícaramente cuando hablamos del infierno. Juntó figuritas y jugó al yo–yo cómo los Dioses… ¿dije algo malo? Viaja parado en el 53 y hasta en el confortable asiento de una limusina. Dice que si un escolar le ofrece un dulce lo acepta gustoso. Escucha los secretos de los enamorados y de tener ganas escribiría libros y libros de historias. Relatos de encuentros y desencuentros.
Conversa con médicos en la oscuridad de una guardia y con los cartoneros de la estación de Flores. Habla en el asiento de atrás de la misa y no pocas veces le han chistado o llamado la atención.
En esta ciudad Dios piensa el nuevo milenio en ritmo de tango y poesía alquitranada. Sueña y canturrea a la vez delante de la multitud en el corazón de Florida.
No tengo dudas, se ha ganado nuestro más hermoso título de nobleza porteña. Si señor, Dios es Gardel !!

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